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| Imagen de infancia |
La luna peinó tu pelo
con peine de plata blanca,
y a mi me dictó este poema
para alegrarte la cara.
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Trabajando en el campo desde niño,
hombre humilde y muy honrado,
Antonio te llamó tu madre Amalia
otro hombre como tu nunca habrá.
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Papa, hoy te quiero dar las gracias
porque junto con mi madre,
me dieras lo más preciado,
que es regalarme la vida.
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También te quiero pedir perdón,
aunque hayan pasado muchos días.
Sé que en el pasado fui rebelde
y os causé muchas heridas.
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La vida en el campo es dura,
mirando al cielo y rogando,
que vengan bien las cosechas
que has regado con tu sudor.
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Trabajando de sol a sol,
empuñando el viejo arado,
te vas cantando a la mañana
y vuelves silvándole al ocaso.
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Los tallos se hacen espigas
en tus hombros las cargas con honor,
cantando encaramado en la trilla,
dorado es el trigo y bendito el pan.
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También fuiste resinero
en aquella sierra perdida,
desde el alba picando pinos
para ganar el pan de la familia.
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Según siempre tú me cuentas,
los mejores años de tu vida
lo pasaste por los campos
con tus cabras haciendo de pastor.
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Con las manos encallecidas,
con los pies rotos del dolor
de tanto trabajar en el campo
pasando frió, lluvia y calor.
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Hoy, de caminar ya lento,
cansado de pasar tantas fatigas,
en tu cuerpo se marcaron
las huellas de los años y del sol.
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Aquí te dejo este poema
para decirte que te quiero y admiro,
por todo lo que has luchado,
has pasado y padecido...
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Todo por sacarnos adelante...
muchas gracias de parte de tu hija.
Feliz cumpleaños papa...
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Mis poemas: Escrito el 18/10/2015. © Gertrudis
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